El tiempo según algunos pensadores es algo absoluto, para otros en cambio, es algo relativo.
En la Antigua Grecia, para Platón “el tiempo es la imagen móvil de lo eterno.” Por otra parte, Aristóteles sostenía que “el tiempo es el número (medida) del movimiento según el antes y el después.”
En la Antigua Grecia, para Platón “el tiempo es la imagen móvil de lo eterno.” Por otra parte, Aristóteles sostenía que “el tiempo es el número (medida) del movimiento según el antes y el después.”
En la
Antigua Roma, Séneca afirmaba: “el
pasado ya no es nuestro pues lo poseemos tan sólo en el recuerdo; el futuro aún
nos es desconocido, por lo tanto, el presente es lo único de lo que disponemos,
pero éste es tan fugaz como un instante. Por ende, el tiempo no tiene valor sino en cuanto se hace buen uso del mismo, y
aquellos que se lamentan de la brevedad de la vida son los mismos que
despilfarran su contenido en vaguedades.”
Por otra
parte, para Cicerón, en su concepción
pragmática e histórica el hombre tiene
un destino concreto que descubrir y
realizar para poder llegar a “ser”, y si no alcanza a realizarlo “deja de ser”,
pues habría desperdiciado su tiempo, su posibilidad histórica de plasmarse y
dejar un legado para el porvenir. Su visión no es la de un mundo tan sólo
individual, sino de realizaciones colectivas, y su concepción es la de un
compromiso histórico que llevó al mundo romano a reunir culturas, religiones,
idiomas, intereses, bajo un ideal común.
En la Edad Media, San Agustín, pensaba que el
tiempo tiene un componente psicológico, “es la vida del alma” porque el pasado
aún existe dado que podemos recordarlo; el futuro también tiene cierta
existencia pues podemos anticiparnos a lo que sucederá, y el presente
obviamente existe. San Agustín se
preguntaba: “¿Qué
es, entonces, el tiempo? Si nadie me pregunta, sé lo que es. Si deseo
explicarlo al que me lo pregunta, no lo sé. Y sin embargo digo con confianza
que sé que si nada cambiara de un estado a otro, el tiempo pasado no existiría:
y que si nada estuviera aún por ocurrir, no habría tiempo futuro; y que si no
existiera nada en absoluto, no habría tiempo presente”.
En los
Tiempos Modernos, Kant concluía que el tiempo no tiene una realidad fuera de
nuestra mente, nosotros somos los que ordenamos nuestras percepciones del
espacio y de los objetos según una sucesión temporal propia y subjetiva, que ya
existe a priori en nosotros, y que no comprendemos por experimentos o por la
experiencia, sino que es una intuición pura previa a la sensibilidad que capta
el entorno. Del mismo modo que comprendemos lo que está arriba o abajo,
relacionamos los acontecimientos en un antes y un después de modo natural.
Para
Isaac Newton, “El tiempo absoluto, verdadero y matemático, por sí mismo y por su
propia naturaleza, fluye uniformemente sin relación con nada externo, y se le
llama asimismo duración”
En los tiempos contemporáneos, fue Albert Einstein el que provocó la
verdadera revolución en las concepciones sobre el tiempo debido a su Teoría de la Relatividad General. El tiempo
ya no es una magnitud absoluta sino relativa que varía en función de quién y
bajo qué circunstancias se mida, terminando con la concepción de un tiempo
absoluto. No es tan sólo que la percepción subjetiva que tenemos de la duración
de un acontecimiento sea variable, sino que como magnitud física el tiempo es
variable, está también en función del sujeto que la experimenta, dependiendo de
la velocidad a la que se mueve, y en relación con la masa de los objetos, de la
posición estática o en movimiento de quien lo mide, de su posición cercana a
una masa gravitatoria o alejada de ella, y en todos estos casos precisos
relojes marcarán desfases constatables, aún siendo de pequeñísimas fracciones
de segundo. Así, por ejemplo, son hechos ya comprobados que el tiempo
transcurre más lentamente si se mide cerca de una gran masa gravitatoria y que
el tiempo a grandes velocidades, próximas a la de la luz, también se ralentiza.
Einstein postula: “ Nada es absoluto, todo es relativo”. “La
diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión
persistente.”
Stephen
Hawking desarrolló las ideas básicas de Einstein, y se comenzó a hablar de los agujeros negros
como de posibles puertas hacia otras formas de materia o de antimateria, si se
pudiera salir vivo de su tránsito. Se investigaron las concepciones de Einstein
sobre la posible existencia de puentes entre puntos distantes de nuestro
universo, como agujeros de gusano, que podrían ser también pasos hacia otros
universos paralelos, hacia otros mundos ya fueran simultáneos o regidos por
otras medidas de tiempo, y se investigaron los posibles puentes hacia otras
dimensiones no tan sólo físicas sino concienciales.
El tiempo nuestro comienza en el momento en que sucede el big-bang, hace
unos 15.000 millones de años, y a partir de ahí el universo comenzó a
expandirse y a existir. ¿Qué hubo antes de ese inicio? Hawking afirma que poco podemos decir de lo que ocurrió antes, o
en el mismo momento en que comenzó nuestro tiempo, pues antes de esa
singularidad, en que el universo era como una masa muy densa y caliente y el concepto
de tiempo no tendría sentido para nosotros.
Entonces, ¿ Qué es el tiempo, absoluto o relativo?