viernes, 4 de febrero de 2011

La Causa Primera


                                                   


     El problema de la divinidad, o acaso mejor planteado de la Causa Primera del Universo
y de sus fenómenos en cuanto permanece ignorado para la razón humana, es el fundamento
de las religiones y ha sido la polémica interrogante de muchas escuelas filosóficas.
Creyentes, filósofos y científicos resultan, a este respecto, divididos por límites difíciles
de franquear.
     Para  poder  intentar  comprender  la  idea  de  la  Causa Primera, Principio Creador o de
Dios, ha ser abordada de al menos dos maneras: la Fe y la Razón. El Dios Religioso es el Ser Supremo, creador y legislador del mundo, al que se adora en el culto y del que se espera la salvación eterna. Requiere necesariamente de la fe o creencia en un determinado número de dogmas o postulados indiscutibles.
El Dios Filosófico  es  al cual  se ha intentado llegar por la razón,  ya  que del encuentro de la racionalidad del hombre con la realidad total, intenta explicarse el cómo y  el  por qué de esa realidad, tratando de aclarar su origen y su sentido.
    La  primera  interrogante  que  plantea  el  Dios Filosófico  es  la de su propia existencia. Ante  la  pregunta, ¿ Existe Dios ?,  cada escuela filosófica o filósofo,  genera  su  particular respuesta.  Estas son múltiples  y  variadas  pero,  en líneas generales,  con  respecto  a  esta interrogante,  existen  dos  grandes  corrientes  del  pensamiento  filosófico:  el ateísmo  y el teísmo.  El  ateísmo,  niega   la  existencia  de  Dios  y  está  representado  por  los  filósofos materialistas,  que no aceptan otra realidad  que no sea la materia, no habiendo lugar en este pensamiento para una realidad intangible, distinto a la materia, como es  Dios. La divinidad sería sólo un concepto creado por la imaginación humana.  Algunos  de  ellos  piensan   que
podría  haber  sido  la  propia  ignorancia  del  hombre,  la  que lo habría llevado a crear una
explicación  sobrenatural  de  todo  lo desconocido y asombroso que observa a su alrededor. 
Otros, entre ellos   Freud,  sostienen  que  la  religión  y  la  creencia  de  Dios es una ilusión
infantil,  algo  que nos entregan en nuestros primeros años  y  nos condiciona toda una vida.  
De  los  filósofos  ateos,  entre  los  más  representativos  se encuentran   Ludwig  Feurbach,  
Sigmund Freud, Augusto  Compte,    Friedrich  Nietzche,   Karl  Jaspers,  Jean  Paul Sartre, 
Albert  Camus, Bertrand Russell y Karl Marx.  Para  este  último, lo único real es lo que se
puede comprobar mediante la experiencia científica, rechaza en consecuencia, la existencia
de Dios, al que la experiencia  positiva de la ciencia no ha podido comprobar en ninguna
parte.                                                                            
    El Teísmo, representado  por  numerosos  filósofos a través de la historia, ha sostenido la
existencia   de   Dios.   La   forma   en   que   han   demostrado   el   concepto   de   Dios,  es
 indudablemente diferente entre unos y otros.  Así  para Santo Tomás de Aquino, uno de sus
 más  connotados  representantes,   existen cinco vías o argumentos de la existencia de Dios. 
 Uno de ellos está basado en el movimiento.  Dice  que el mundo no es más que un conjunto
de  seres  que  se  mueven  y  cambian,  lo  que  supone  la  acción  de otro ser o “moto” que
produce  el  movimiento. Ahora bien, para producir movimiento, se necesita ser movido por
otro  motor  y  así  sucesivamente.  La  razón  dice  que  debe  existir  un  primer  motor que
produce movimiento,  sin recibirlo de otro,  es decir, aquel que se mueve sin ser movido,  a
éste,  el  filósofo  lo  llama  Dios.   Luego,  se refiere  al argumento basado en la relación de
“causas eficientes”,  que  dice  que  todo  efecto  se  produce por una causa,  ésta a la vez es
producida   por  otra  y  así  reiteradamente,  siendo  necesaria  la  existencia  de  una  Causa
Primera,  es  decir,  de  una  causa  no  causada  por  otra. A ésta la llama también Dios. Por
último, se refiere al argumento basado en el gobierno de la Naturaleza,  según el cual,  gran
parte  de  los seres  que viven en ella,  carecen  de conocimiento  y  sin  embargo,  proceden
como si se hubieran propuesto un fin,  pues  siempre  actuan  encaminados a lograr el mejor
resultado  sin  proponerselo.  De  esto se desprende de que la Naturaleza no procede al azar,
porque  carece  de  conocimiento, lo que denota la existencia de un Ser Inteligente que le da
ese orden. A ese Ser, según el filósofo, le llamaría Dios.
    A  quienes niegan la existencia de Dios, el Teísmo, responde que evidentemente Dios no
puede ser objeto de una experiencia sensorial,  porque no es un ser material. Agregando que
no hay razón, en decir que algo no existe porque no le conocemos. 
    La  segunda  interrogante  que plantea el Dios Filosófico es la de su naturaleza o esencia.  
¿ Qué  clase de ser es Dios ?   Múltiples son las respuestas que pueden surgir de la pregunta
anterior.  Consideraré  sólo tres,  que son  las más significativas.  La  primera, conocida
con  el  nombre  de  Panteísmo,  etimológicamente  proviene  del griego “pan” que significa
“todo” y  “theos”   “Dios.”  Sostiene  la  creencia  que  todo  es  divino.  No  existe  un Dios
personal  sino  que  Dios y el Universo son la misma cosa.  Entonces, no  habría en esencia,
distinción entre Dios y el mundo. En principio, mantiene que el Universo como totalidad es
divino y que no existe otra divinidad que el Universo y la Naturaleza. Cuando señala que el
Universo  es  divino  no  lo  entiende  como  si  se  tratase  de  algún  poder  o  personalidad
sobrenatural,  sino  que  se trata de expresar una profunda reverencia y sobrecogimiento por
él,  igual  al  que  los  creyentes  la  sienten  en  su  Dios  convencional.  Se interesa  por  la
Naturaleza y acepta esta vida como nuestra única vida y esta tierra como nuestro paraíso, si
cuidamos de él.  Se revela en la belleza de la Naturaleza y está lleno de admiración hacia su
misterio  y  poder.  No  precisa  de  una  vida  vivida  en  la  culpa y la ansiedad. Ofrece una
restauración de nuestra integridad física y mental.   Este pensamiento está representado por
pensadores, entre otros,  como Heráclito, Plotino, Spinoza y  Hegel.
     La  segunda  argumentación  que  se  refiere  a la esencia de Dios, es el Deísmo, doctrina
que  reconoce  un  Dios  como autor de la naturaleza,  pero  sin  admitir  revelación  ni culto
externo.  Para el  Deísmo sólo existe la religión racional o natural   La  revelación  divina es
un  mito.  Suprime  lo  antropomórfico  y  ve  en  la  Causa  Primera el origen del Universo. 
Tiene en Immanuel Kant, a uno de sus más principales representantes.  Este  separa  a  Dios
del mundo, pareciendo este un sistema negativo pues dificulta la posibilidad del hombre de
llegar  a determinar la esencia de Dios.   Kant señala al  respecto: “ Este sistema acepta que
el  hombre  puede  adquirir  por  la  razón  sólo  el  conocimiento  de  la existencia de un ser
originario, pero no puede determinarlo más profundamente...”  El  mismo  filósofo  sostiene
en  su  obra,  “La religión dentro de los límites de la mera razón,”  que  “  la  única  religión
posible  es  la moral.”  Otros  connotados  representantes  del  deísmo son también Voltaire,
Locke y Hume.
    Una última argumentación sobre la esencia de Dios, es el Teísmo,  doctrina  en la cual se
admite la existencia de un Dios personal y providente,  creador y conservador del Universo, 
aceptando  la  revelación  divina.  Especial  importancia  tiene  en  la  cultura  occidental   el
Teísmo Cristiano.  Los filósofos cristianos, entre los que destacan, Santo Tomás de Aquino,
San  Agustín,  Teilhard  de  Chardin,  Soren  Kierkegaard ,  Karl  Barth  y  Hans Küng,  han
creado una verdadera filosofía de la esencia de Dios,  afirmando que el hombre puede llegar
a  determinarla  mediante  el  uso  de  su  reflexión y de las consideraciones empleadas para
establecer  la  existencia  de  Dios.  Sostienen  que  Dios  es  un  ser perfecto,  y según ellos,
racionalmente se puede llegar a esa afirmación considerando su carácter de Primer Motor  o
Causa Primera  que se ha dado respecto a su existencia,  pues  Dios  mueve  sin ser movido. 
Es  un  acto  puro,  porque  produce  sin  ser  producido,  lo  que  indica  que  Dios es un ser
pleno.   Dios es un ser inmutable,  porque nada hay que modifique a Dios.  Dios  es  eterno,
porque es  un  ser  sin tiempo,  ya  que donde  no hay movimiento o cambio,  tampoco  hay
tiempo,  sólo hay eternidad. Dios es omnipotente,  porque  lo puede todo, es poder, justicia,
bondad, sabiduría, belleza, etc.  Dios es omnipresente, porque está en todas partes.   Dios es
infinito,   porque  es  una  perfección   sin  límite,  es  un  ser  sin  fin.   Dios  es  único,  esta
afirmación  se  basa  metafísicamente  en  que  dos  infinitos  son  incompatibles,  ya que un
infinito limita al otro.  Dios es creador del mundo,  es la finalidad primera de todos los seres
y el fin último del mundo, de cada hombre y fin remoto de todos los seres.
   Para  muchos librepensadores  que  proclaman  como  derecho  inalienable  la  libertad  absoluta de
conciencia y de pensamiento para todos los hombres, luchar por el ejercicio de este derecho
y resistir a todo el que pretenda violentarlo,  nos  invitan a interpretar la Causa Primera según
nuestros   propia   capacidad   cultural,   intelectual,   emotiva,  afectiva  y  social.   Nada  es
impuesto, cada uno debe pensar por sí mismo, porque no hay tiranía más monstruosa que la
que trata de esclavizar la conciencia de los demás.  Dios  puede  ser  el todo o la nada y  por
muchos  caminos se puede  llegar al concepto de Dios, como también algunos pueden llegar
a plantearse la no existencia de Dios.
    Como  librepensadores  sabemos  el  derrotero  que  debemos  recorrer,  en libertad de conciencia e iluminados por la razón, de acuerdo a nuestras propias capacidades. El  camino  de  la  búsqueda  de  la  verdad  puede  conducirnos  a  la Causa Primera que es, también, la Causa Última  y  por ello aceptamos el concepto del Gran   Arquitecto   del   Universo,   una de las  más  naturales  y  sublimes  concepciones,
indicando  que  “ Con esa denominación, los hombres que pertenecen a cualesquiera
de las comunidades religiosas que se disputan el mundo de los creyentes, pueden reconocer
y   adorar   sus   particulares  divinidades.  Aquellos  otros  que  no comulgan  en religión alguna, pueden ver en el Gran Arquitecto del Universo la substancia universal con sus actividades constructoras, con sus modalidades y leyes propias y fijas, sin causa superior, realizando sus creaciones por causas secundarias, impotente para realizar el milagro, y sin actos providenciales.” 
    A mi juicio, para terminar podría señalar las siguientes conclusiones:
  1.  El   primer  problema  que  plantea  la  Causa Primera  o Dios Filosófico es la de su propia existencia, al respecto, existen dos grandes corrientes del pensamiento filósofico: el ateísmo y el teísmo. 
  2.    La  segunda  interrogante  que  surge del Principio Creador es la de su naturaleza  o esencia.    Al   respecto,   se   pueden   destacar   las   principales   escuelas   filosóficas, agrupadas  en  las  corrientes  identificadas  como:  el panteísmo,  el deísmo y el teísmo, particularmente el cristiano.  
  3.  La escuela filósofica no impone límite alguno a la libre investigación de la Verdad y exige a  todos   Tolerancia,  a  fin  de  garantizar el ejercicio de la libertad.
  4. La libertad de pensamiento está,   por lo tanto,   abierta  a  los hombres  de todas las razas   y de todas las creencias.   Por  lo  anteriormente expuesto ha debido adoptar un concepto que  nadie rechace fundadamente  y  que  no  limite  ninguna  investigación.  Esa  norma  es  la  del  Gran Arquitecto del Universo. Así, cada  pensador,  según su  cultura,  según su idiosincrasia, asigna esencia y reviste de atributos al Gran Arquitecto del Universo y  por ejemplo para un ateo este concepto del Gran Arquitecto del Universo implica la substancia universal con sus actividades constructoras, con sus modalidades y leyes propias y fijas, sin causa superior, realizando sus creaciones por causas secundarias, impotente para realizar el milagro, y sin actos providenciales.



       
                                                                       Marco Antonio Aguirre Bonilla